Los seres vivos son organismos que nacen, se nutren, respiran, se
desarrollan, crecen, se reproducen y mueren. Lo no vivo no tiene la capacidad
de hacer nada de esto, no sigue este ciclo continuo y ordenado de cambios.
Para
distinguir con mayor facilidad algo vivo de algo que no lo está, resulta útil
saber que existen ciertas características que sólo poseen los seres vivos, y
son las que se indican a continuación:
Nutrición. Los seres vivos se
alimentan de sustancias nutritivas del medio ambiente. En su
interior circulan líquidos que transportan los nutrientes y otros elementos
indispensables para la vida.
También tienen la capacidad de almacenar en
algunas partes de sus cuerpos y de desechar lo que no necesitan.
Respiración. Posibilita que los nutrientes que hay en los alimentos se
transformen en la energía que permite a los seres realizar todas sus funciones.
Desarrollo. Como consecuencia de la alimentación y de diversas reacciones que se
efectúan en el interior de sus organismos, al asimilar los nutrientes, los
seres vivos se transforman y se desarrollan durante toda su vida. Algunas de
estas reacciones permiten que se conserven sus cuerpos y que se reparen cuando
resulta necesario, por ejemplo, el ser humano, para desarrollarse, produce más
sangre, más músculos y más piel; sus órganos internos cambian de tamaño y de funciones.
Las plantas son seres vivos que crecen
durante toda su vida.
Reproducción. Los seres
vivos se multiplican y producen otros seres vivos semejantes a
ellos: los huevos de aves generan aves, las semillas de frijol producen plantas
de frijol y las personas dan vida a otras personas. Mediante sus descendientes,
dan continuidad a su existencia en la Tierra.
Irritabilidad. Los seres
vivos reaccionan a estímulos del medio ambiente como el frío,
el calor, la humedad, la luz, el sonido, el olor y la presencia de otros seres
vivos. Cuando estos factores varían su intensidad, provocan diferentes
respuestas en las plantas y animales.
Adaptación. Los seres vivos enfrentan las condiciones
poco favorables que les plantea el ambiente en el que viven. Cuando se producen
cambios en su entorno, como un incendio, una helada, una sequía u otro fenómeno
que les amenaza, los seres vivos tienden a trasladarse a otros lugares o a
adaptarse a la nueva situación.
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